La autoestima lleva consigo una trampa y es que no siempre podemos mantenerla alta. Eso nos frustra mucho porque las mujeres hemos añadido otra presión y es que siempre nos tenemos que ver atractivas, maravillosas, fuertes y seguras. Esto hace que mandemos al exilio a esas partes nuestras que se sienten inadecuadas.
Cuando nos movemos desde la autocompasión, que es amor en acción, nos colocamos en nuestro Yo profundo. Esa parte nuestra que quedó silenciada hace muchos años porque aprendimos que ser nosotras mismas implicaba cierto grado de rechazo. Es momento de colocarnos allí y aprender a amarnos, incluso en esos días en que la autoestima esté resentida. Te lo cuento todo en el episodio.

La herida de abandono y las relaciones adictivas
El dolor de una ruptura o una relación ambigua nos puede conectar con una herida que llevamos dentro, y es la herida de abandono. No