El dolor de una ruptura o una relación ambigua nos puede conectar con una herida que llevamos dentro, y es la herida de abandono. No te la está causando ese hombre o esa mujer, esa persona solo está dando a la tecla para que se ponga en marcha de nuevo esos sentimientos. Cuando el dolor es tan grande, y no exagero si digo un miedo agonizante, en realidad es tu parte herida que vuelve a sentir el terror al abandono, el miedo a no ser querida o deseada, ese miedo de tu niña interior que no sintió cubiertas sus necesidades emocionales.
Hay salida a este dolor y a esa persona a la que crees que no puedes soltar. Te lo cuento en este episodio.
Habíamos conectado y, de repente, desaparece
Empiezas a conocer a alguien, parece que va todo bien, demuestra interés, incluso, dirías que mucho interés. Sin embargo, un día, desaparece, no escribe más,