La ruptura inicial con la madre va más allá de una separación, distanciamiento o enfado con nuestra madre biológica o adoptiva. Esta ruptura está enquistada en nuestro ser debido a lo que la sociedad patriarcal nos ha exigido para integrarnos en ella y “triunfar”. Esa ruptura implica la desconexión con nuestra parte más intuitiva, con nuestro cuerpo, con nuestras emociones.
Sanar la ruptura madre-hija es un proceso que pasa por hacer el duelo por la madre que no tuvimos, porque como ser humano tiene sus carencias; y convertirnos en nuestra propia madre amorosa interna, capaz de dar a la niña interior todo eso que sigue anhelando.