Afuera pasan cosas y las relaciones pueden ser fuente de malestar o fuente de seguridad, incluso de sanación. Sanamos en relaciones seguras de la misma manera que un día nos desregulamos por no tener un apego estable en nuestra crianza. Pero tendemos a cargar con la culpa cuando no nos adaptamos a una relación, a un ambiente, a un trabajo… Normalizamos comportamientos o entornos que nos hacen daño con la excusa de que «seré yo o mis heridas». La ley del espejo se ha malinterpretado y convertido en una forma más de señalarnos como únicas responsables de nuestro malestar.
Fíate de ti, de tus sensaciones y de lo que tú sistema nervioso te está diciendo. La ansiedad es un síntoma y en muchas ocasiones nos advierte: esta forma de vida, esta relación, este trabajo… no es sano.
Una terapia segura es la que te ofrece un espacio de sanación donde te sientas atendida, sin juicio y sin decirte lo que tienes que hacer. Te doy la mano para que emerja tu verdadero ser y despliegues todo tu potencial y amor interno.