Taller gratuito online Autocompasión salvaje

La autoestima se ha convertido en piedra angular de cualquier proceso de desarrollo personal. Tener una buena autoestima, convertirte en tu mejor versión, desarrollar todo tu potencial. ¿No te parece agotador? Desde hace ya algún tiempo vengo escuchando a expertos que están dando la voz de alarma ante estas exigencias. Apostar por una elevada autoestima o por convertirnos en alguien «maravilloso» puede resultar muy frustrante y, paradójicamente, llevarnos al estado del que queremos salir. Muchas veces el resultado de este esfuerzo es crearnos aun más malestar, sentirnos poco valiosas, pensar que somos defectuosas porque no logramos esa ansiada autoestima y acrecentar nuestra ansiedad porque seguimos viéndonos imperfectas. ¿Sabes por qué esto no funciona? Porque la trampa de la autoestima es que la medimos por un ideal. Ese ideal que crea nuestra mente y por aquí ya sabemos que la mente es traicionera. La creación de nuestra vara de medir la autoestima está contaminada por nuestras creencias, experiencias pasadas, traumas, expectativas y el entorno social en el que nos movemos. Al final, es una lucha sin cuartel entre un yo ideal y un yo real.

La trampa que puede activar tu voz crítica interna

Por eso esta lucha interna puede activar nuestras exigencias y despertar la voz de nuestra madre crítica exigiendo a nuestra niña interior más de lo que puede dar. Y además, seamos sinceras, ¿Quién no se ha levantado por la mañana, se ha mirado al espejo y no le ha gustado nada de nada lo que ha visto? No podemos gustarnos siempre, no podemos ser esa mujer fuerte, empoderada y resolutiva que está encantada de haberse conocido. Hay días que no nos gusta nuestro aspecto, que nos sentimos torpes en una reunión de trabajo, que creemos que no somos capaces, que tiramos la toalla…

Al final, lo que cuenta, lo que permanece, es el amor a ti misma más allá de tu percepción personal. El amor, la autocompasión no viene de la mente, viene del corazón, viene de lo profundo de ti, de esa esencia silenciosa que siempre ha estado allí y que ahora la neurociencia lo ha corroborado. Las últimas investigaciones apuntan a que el ser humano está programado para sentir compasión. Despertar la autocompasión es convertirnos en una madre amorosa que puede ver nuestros defectos, que nos consuela aunque nos equivoquemos, que nos abraza en esos días que nos vemos tan pequeñitas y nos levanta con su amor. La autocompasión es ternura, acogida, amor incondicional. Pero la autocompasión también tiene su vertiente fiera, su cara salvaje. La autocompasión es el calor del corazón pero también la fuerza de las entrañas. La fuerza para decir que no, para poner límites, para defendernos. Eso también es un acto de amor. Es como esa leona que juega, alimenta y acoge a sus cachorros; pero que ante un peligro, se pone delante de ellos, ruge y los defiende incondicionalmente. Las mujeres podemos encontrar una gran fuerza en la compasión. Podemos amar y el amor es salvaje, tan salvaje como defender lo que es nuestro: nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestro bienestar. Aprender a sacar la espada también es un acto de amor.

Taller gratuito Autocompasión salvaje

Te invito a un taller gratuito online el viernes 1 de abril a las 18.30 donde te contaré cómo despertar estas dos facetas del autocuidado y el amor propio. Compartiremos una tarde donde ya solo el hecho de parar y regalarte ese ratito de calma y cuidado va a ser muy beneficioso. Si te apetece, te espero con mucha ilusión.

Otro contenido que también te puede interesar

Abrir chat
¿Cómo puedo ayudarte?
Respondo todas tus dudas
¿Cómo puedo ayudarte?